La gestión del talento es una prioridad para el departamento de RRHH desde hace varios años. Los años 2020 y 2021, marcados por el cambio en el equilibrio de poder entre los empleados y las empresas, han ampliado aún más el movimiento. La batalla por el talento, que no ha hecho más que empezar, está ahora en el centro de los retos de las empresas, y los fenómenos como The Great Resignation, que acaba de llegar de Estados Unidos, no facilitan la tarea de los responsables de RRHH.
La gestión del talento con frecuencia se confunde con la gestión del reclutamiento y de la carrera profesional. Pero en realidad va mucho más allá. Reúne un conjunto de métodos destinados a anticipar las necesidades estratégicas de la empresa en materia de contratación, empleabilidad, formación y, por tanto, de cualificación y competencias. Integrar la gestión del talento en su estrategia ya era muy recomendable para quienes querían atraer a los mejores a su plantilla.
Hoy en día, se ha convertido en un eje estratégico indispensable por tres razones principales:
El principal reto de la gestión del talento es identificar a los «altos potenciales», pero no solamente, ya que la empresa cuenta con una multitud de competencias presentes en todos los empleados, en todos los niveles jerárquicos. Sería un reto demasiado grande centrarse sólo en los «altos potenciales». Por tanto, la gestión del talento no sólo es centrarse en el desarrollo individual, sino también -y sobre todo- administrar correctamente todos los conocimientos y habilidades que tienen tus equipos.
Se trata de uno de los ejercicios más estratégicos en materia de recursos humanos, que permite equilibrar las necesidades de la empresa entre las competencias a adquirir para su crecimiento y las disponibles internamente. A largo plazo, es una forma de mantener una ventaja competitiva, ya que no sólo atraes el talento, sino que consigues retenerlo.
La construcción de una buena estrategia de gestión del talento comienza con un inventario de los procesos y métodos existentes para los momentos clave de los empleados: la auditoría tradicional.
He aquí una lista de preguntas para hacerse:
Existen muchas oportunidades a lo largo de la carrera de un empleado para generar compromiso con los valores de la empresa. La evaluación del desempeño por objetivos (bien definidos) debería ayudarte a aprovechar estas oportunidades. Cada sector tiene sus propias especificidades, pero algunas estrategias pueden utilizarse de forma común, como por ejemplo:
implementar el mentoring interno, para permitir que el nuevo empleado se integre plenamente y desarrolle habilidades específicas.
A pesar de todo, algunos perfiles de expertos pueden dejar la empresa debido a decisiones personales o profesionales. Las entrevistas de salida laboral permiten abrir el diálogo y extraer ejes de mejora para futuras contrataciones. Estos intercambios son una mina de información para:
La gestión del talento es tan compleja de dominar que el campo de acción es muy amplio. Al fomentar la retención de los perfiles esenciales para el crecimiento de su empresa, puedes limitar los costes de contratación repetitiva y el tiempo de formación, además de fomentar una dinámica de innovación virtuosa.
Existen muchas herramientas para simplificar la estructuración de su organización en torno a los equipos y el compromiso de sus empleados. Para facilitarte el trabajo, puedes automatizar ciertos procesos como las entrevistas, la evaluación del desempeño, de las competencias y la formación.
Mientras encuentras la solución adecuada, tómate el tiempo necesario para hacerte las preguntas correctas, para preparar tu plan de acción basándote en los tres temas propuestos: contratación, carrera y capitalización del conocimiento.
El diccionario de Oxford Languages define el talento como «especial capacidad intelectual o aptitud que una persona tiene para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad.»
En el ámbito de los recursos humanos, el concepto de «talento» suele ir ligado a la definición de los altos potenciales. Estos raros perfiles sobresalen en sus profesiones, tanto en conocimientos como en habilidades interpersonales. Un talento tiene un conjunto de habilidades y actuaciones que están muy por encima del nivel esperado y esto, de forma sostenible. Un talento no ocupa necesariamente una posición elevada, pero tiene el potencial de desarrollarse rápidamente.
En la década de los años 2000, tras confiar inicialmente en herramientas «Core RRHH» (SAP, PeopleSoft) para centralizar los datos de los empleados, los grandes grupos iniciaron una carrera por el talento. Se centraron en la automatización de los procesos de contratación, formación a distancia y en la evaluación del desempeño. El mercado se estabilizó entonces en torno a un puñado de líderes: SuccessFactors, Taleo, CornerstoneOnDemand, Saba…
Luego, las prácticas de RRHH evolucionaron hacia necesitar soluciones más integradas y centradas en el compromiso de los empleados para mejorar el desempeño y en la formación continua. Surgieron especialistas como Lattice, Small Improvments, Gtmhub, Elevo o Leapsome.
En 2016, sólo el 21% de las empresas implementaba herramientas de gestión del talento, según el International Journal of Business Management and Economic Research.
Recién en 2019 se reconoció por fin el desafío. Cornerstone señaló que 4 de cada 5 empresas lo consideraba en este momento muy importante.
Hoy en día, los equipos de RRHH son conscientes de que no basta con identificar el talento al momento de la contratación, sino que la gestión del talento debe formar parte de un enfoque más global y a largo plazo. La experiencia del empleado se está convirtiendo en una prioridad para todas las etapas clave de su carrera, particularmente sus necesidades (bienestar, formación, desarrollo, etc.).