Flexiworking: una nueva forma de organizar el trabajo

Organizar el trabajo flexible

Todos estamos de acuerdo en que el tiempo es oro. Ni nos gusta perderlo ni queremos invertirlo en tareas inútiles. Lo que queremos es sentirnos productivos y buscar un equilibrio entre nuestra vida laboral y personal. Disfrutar del tiempo en familia o con amigos, sí, pero también de los buenos ratos con los colegas de la oficina. 

Por todo ello, empieza a extenderse una nueva forma de organización laboral conocida como flexiworking. Pero, ¿sabes en qué consiste exactamente? ¿Cuáles son sus ventajas? ¿En qué ámbitos es aplicable?

Índice

Si has trabajado alguna vez en un espacio de coworking muy probablemente te sonará el siguiente escenario:

    1. Te tomas un café en la zona de relax.
    2. Acto seguido, vas a trabajar a un espacio dedicado al silencio.
    3. De repente, una llamada interrumpe tu trabajo, así que te levantas y contestas al teléfono en una cabina insonorizada.
    4. Al colgar, te encuentras con tu colega en el espacio de trabajo «ruidoso», dedicado a la colaboración y la conversación.
    5. Luego vuelves al trabajo en el espacio dedicado al silencio.
    6. De repente, una llamada interrumpe tu trabajo, así que te levantas y contestas al teléfono en una cabina insonorizada.

¡Y vuelta a empezar!

Estos espacios están equipados con todo lo necesario para responder a las nuevas necesidades de los empleados, que buscan alternar entre trabajo en equipo o en solitario y encontrar espacios idóneos para aumentar su productividad. La combinación de diferentes salas de trabajo o la inclusión de lugares orientados al descanso, por ejemplo, contribuyen en gran medida a satisfacer estas necesidades. Algo que las oficinas tradicionales o los espacios totalmente abiertos no suelen conseguir.

¿Sabías qué...?

Según este informe de Fellowees sobre la opinión de los empleados acerca de la satisfacción en el trabajo y su relación con la productividad en la nueva era del trabajo híbrido, un 93% de los españoles encuestados opina que estar satisfecho con su espacio de trabajo mejora la productividad en más de un 25 %.

Pero espera. Antes de lanzarte a la piscina y ponerte a buscar nuevas alternativas para tu oficina no olvides proponer la idea a tus equipos. Algunos empleados pueden experimentar una aversión a la pérdida de un espacio propio o angustia ligada a la búsqueda de un buen lugar para trabajar cada mañana. Está claro que los espacios de trabajo colaborativos no son para todo el mundo, algo muy importante y a tener en cuenta. 

¿Nuestra opinión? Opta por implementar cambios en tu oficina actual. De esta manera podrás valorar las ventajas e inconvenientes de adoptar esta medida de manera definitiva. Algunas ideas:

    • Priorizar el uso del ordenador portátil permite a los empleados moverse libremente dentro de las oficinas. Así pueden llevarse consigo el trabajo a cualquier lugar.
    • Si implementar cambios estructurales en tu oficina es viable, te sugerimos que diseñes y equipes las diferentes zonas según las necesidades de tu empresa: una zona de silencio, otra para la colaboración, una zona de creación e innovación… Idea un espacio para cada ritmo de trabajo, o para cada tarea o equipo.

Eso sí: ten en cuenta que, como sucede en los espacios de coworking, la libertad no se limita a la elección de una silla, sino a la selección de un espacio de trabajo que se corresponda con las tareas que se realizan. No sería muy lógico escoger un mismo espacio para dos equipos de trabajo radicalmente diferentes. Siempre conviene detectar primero las necesidades de cada equipo y pensar después en su ubicación.

Flexibilidad del tiempo de trabajo: gestión basada en el resultado, semana de 4 días y vacaciones ilimitadas

Los horarios flexibles, el teletrabajo y otras medidas de conciliación responden bastante bien a las expectativas de los empleados. En general, estas suelen ser razonables. Sin embargo, existen empresas que optan por dar un paso más allá y apostar por iniciativas más innovadoras que prometen ofrecer aún más libertad a los empleados.

La gestión basada en los resultados y en la confianza

«No importa cómo se logre el resultado, siempre y cuando se logre.”

Esa frase resume la mentalidad de las empresas más liberales en cuanto a horarios. No importa si el empleado trabaja seis horas al día o diez. Mientras se consigan los objetivos, que cada uno se organice como quiera.

Sin embargo, como seguro estás imaginando, en la práctica esto no es tan sencillo. 

El lugar de trabajo y la propia naturaleza de las tareas hacen que sea indispensable definir unos horarios fijos durante los cuales tus empleados deben conectarse o venir a la oficina. De otro modo, resultaría complicado mantener reuniones periódicas con los compañeros de trabajo.

Además, establecer estos horarios facilita el respeto a los periodos de descanso que marca la ley, algo indispensable para evitar la hiperconexión y los riesgos psicosociales derivados. 

La semana de cuatro días

Trabajar menos y descansar más para ser más productivo: esta es la apuesta de las empresas que experimentan con la semana laboral de cuatro días y otras variaciones similares. 

En Desigual lo tienen claro: “Queremos convertirnos en el mejor lugar para trabajar”. Por eso han decidido aprobar la semana laboral de 3+1 días con el respaldo del 86% de sus empleados. En su sede central de Barcelona, trabajan ahora tres días de manera presencial y uno en remoto (en lugar de cinco), a cambio de una reducción salarial del 6,5%. En realidad, esta reducción debería ser de un 13%, pero la firma ha decidido asumir la mitad. ¿El objetivo? Mejorar la conciliación y dar más flexibilidad a su plantilla, así como aumentar la productividad y atraer nuevo talento

No ha sucedido lo mismo en Telefónica, donde la propuesta ha sido rechazada casi de manera unánime. Con la denominada Jornada Semanal Flexible Bonificada, la multinacional ofrecía la posibilidad de trabajar cuatro días a la semana en lugar de cinco (de 37,5 a 32 horas semanales) con la reducción salarial correspondiente. Aunque ofrecieron compensar esta reducción en un 20%, la propuesta no recibió el apoyo esperado y no se implementó

¿Trabajar menos horas? Suena estupendo. Pero la semana laboral de cuatro días no es ni para todas las empresas ni para todos los puestos de trabajo. Es conveniente estudiar en profundidad la medida y consultar la opinión de los trabajadores afectados para tomar la decisión final.

Vacaciones ilimitadas

Suena como un dulce sueño para el empleado y como una verdadera pesadilla para el empleador. 

Para evitar ese escenario, lo ideal es que ambas partes lleguen a un acuerdo en el que las condiciones queden muy bien definidas. Por ejemplo:

  • Es posible disfrutar de vacaciones pagadas mientras se alcancen los objetivos. 
  • El buen funcionamiento de la empresa no debe verse obstaculizado por las vacaciones de sus empleados. 

En la agencia digital Good Rebels hace años que implementaron esta medida (junto a la semana laboral de cuatro días, por cierto. Y sin reducción salarial). Según explica su CEO Fernando Polo a El Español, “se trata de dotar de autonomía a los equipos a cambio de responsabilidad”. Para él, es cuestión de alinear las prácticas empresariales con la cultura de la compañía

Las opiniones en cuanto a sus ventajas e inconvenientes difieren, pero lo cierto es que los abusos por parte de los empleados no son habituales en las empresas que han dado el paso. De hecho, en ocasiones sucede todo lo contrario. 

Según explican en este artículo de la BBC, para los empleados de la empresa británica CharlieHR las vacaciones ilimitadas fueron un problema más que una ventaja. Hubo empleados que no tomaron suficientes días de vacaciones o, incluso, sintieron ansiedad por no tener un límite establecido. 

En un clima de trabajo basado en la confianza y la transparencia la autorregulación se entiende como algo natural. Sin embargo, los mánagers deben velar por que sus empleados descansen lo suficiente y así evitar que se sobrecarguen de trabajo.  Una buena solución es establecer un mínimo de días anuales, pero no un máximo.

En España es obligatorio descansar un mínimo de 30 días naturales al año, aunque se puede pactar individual o colectivamente una ampliación de dichos días si así se desea.